Esta entrega demanda una inversión costosa en términos de
tiempo, energía, creatividad, resistencia y desprendimiento, con el fin de
construir un hogar impregnado de un significado eterno. No sorprende que la
mujer descrita en el libro de Proverbios 31 esté revestida de fortaleza y
dignidad (versículos 17, 25). Ella administra con esmero el funcionamiento de
su hogar (versículos 13-15, 27), logrando que este se convierta en un lugar
acogedor, repleto de paz y belleza (versículos 20-21). Todo esto lo realiza sin
quejas, además de brindar sabia orientación a los miembros de su hogar
(versículo 26). ¿Una tarea desafiante? Sin duda alguna. Pero, ¿por qué
conformarse con algo menos?